El baúl de Musi


3 de Agosto.

3 de Agosto. Un año.

Recuerdo que comentaste que este día estarías con Ella. Con la otra. Ahora es ella la que saborea tus besos, la que canta vuestras canciones, la que espera más de media hora a que llegues a buscarla toda vestida de gala, pero no le importa, porque al irla a buscar, le sorprenderás con un ramo de sus flores favoritas. Ahora es ella la que ocupa tus pensamientos cuando duermes, cuando piensas, cuando trabajas. Ahora es ella la que tiene el honor de estar enmarcada en tu despacho. Ahora es con ella con quien compartirás tu helado de stracciatella mientras os sentáis juntos en vuestro sofá a ver en vuestro televisor  “Solo los tontos se enamoran”. Y ahora es ella con la que compartirás tus sonrisas al escuchar en la radio algo que os recuerde a vuestra primera cita. O a la segunda. O a la tercera. Ahora es ella la que dice “El día de nuestra boda….” Un día que quizás llegue o quizás no sea más que eso, supersticiones, secretos dichos en voz alta, deseos que no se cumplirán.
Y quizás ella llegué a estar algún día como estoy yo. Quemando tus fotos, rompiendo tus cartas, olvidando tus palabras. Secándose las lagrimas cada vez que el maldito destino juega sus cartas y ponen en la radio nuestra canción. Y yo ilusa la tarareo hasta que me doy cuenta que era nuestra. De nosotros dos. Y entonces me doy cuenta de que no queda más que eso. Recuerdos borrosos de un ayer perfecto.
Aún recuerdo tus palabras frías y secas contrastando un caluroso 3 de Agosto.
-¿Qué clase de relación es esta?

El sonido del Whatsapp me indicaba que había recibido un nuevo mensaje. Pero no miré. Me había dejado de interesar de qué marca eran los zapatos que se había comprado mi amiga Katie.

-Perdona Víctor, cariño, ¿qué decías?
-Me preguntaba qué clase de relación es esta.

-¿Y a que viene ahora a esa pregunta?
-A que estamos aquí los dos en nuestra cama, en nuestro apartamento, juntos, pero cada uno en su mundo, en su círculo, en otro lugar.

-¿Pero eso es bueno, no? Tenemos espacio, no dependemos uno del otro.

-Pero tenemos tanto espacio que no estamos juntos. Somos tan independientes que no nos necesitamos. Nuestra relación ya no es amor, es rutina. Cada día llegar al mismo sitio, besarte e ir a la ducha. Ya no sales porque te apetece, lo haces por rutina, por costumbre. Cada viernes a tomar una coca-cola. Recuerdo que, hace unos meses, contaba los días, las horas, los minutos, los segundos para volverte a ver. Como la canción de Juanes. Ahora ya no tiene sentido, no hay la razón de esperar. Sé que estarás aquí aguardándome. Esto se ha vuelto frío.  Siendo sincero, Carlota, creo que es el momento oportuno para dejar de intentarlo. Porque tan solo nos obligamos a algo que nuestro ser rechaza. Y si algo no funciona en temas del amor, mejor dejarlo e intentar en otro lado. ¿No crees? Yo te tengo confianza. Y estoy seguro que ahora mismo serías a la primera persona que llamaría delante de una buena noticia o para pedirte ayuda, porque te considero mi amiga. Una muy buena amiga. Pero el problema es que solo quiero, y solo necesito ser eso contigo. Espero que me puedas perdonar.

Entonces te fuiste. Dejándome sola en nuestra ex cama, en nuestro ex apartamento, con el móvil frito a mensajes de nuestra única amiga en común.

 Ahora. Aquí. Un nuevo mensaje. Es tuyo.
“¿Estas en la playa? Estoy aquí con Carola y le gustaría conocerte. Responde”

Finjo para mí misma una sonrisa. ¡Pues claro! ¡Que me gustaría más que conocer a la chica que ahora ocupa tu corazón! Que ocupa mi rincón de la cama, la cara puesta en mi diana mental. Ponerle cara. Ver si al final te has decantado por una rubia, siempre habías dicho que te perdían. Ver si sus ojos son tal preciosos como los tuyos color avellana. Y si sus labios quedan tan bien pintados con el rojo que tanto te gustaba que me pusiera. Ver si se parece a mí, o has cambiado el prototipo de chica ideal que tenías.

“Si. Delante de la escultura. Estoy deseando conocerla”
Enviar. Ya no hay vuelta atrás.

Cojo un rotulador y temperas imaginarias y me pinto la mejor sonrisa que nunca hayan visto tus ojos. Voy a fingir que no recuerdo el daño que me hiciste. Voy a fingir que estoy contenta. Voy a fingir que ya no te quiero. Voy a fingir que hoy no es 3 de Agosto.

Voy a fingir que hoy no hace un año que lo mejor de mi vida se me escapó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario